12/02/2014

Breve reflexión sobre la razón de ser.

   Pasa el tiempo y cada vez sé mejor quién soy... O bueno, aclaro unas cosas, pero otras que creía ya domadas, pierden sentido y debo ocuparme nuevamente de ellas. ¿Estoy mal? los temores vocacionales, que algún tiempo fueron a los que más les huí, ahora no son más que gatitos, que vienen y van sin causarme problemas, haciéndome una buena compañía, viviendo bien junto a mí.

   La familia siempre fue un tema delicado, ¿cómo no amarla? pero a la vez ¿por qué compartir las penas con ellos? la familia apoya, está en las buenas y en las malas, pero es tanto el amor hacia ellos que me guardo mis buenas y malas... Ya lo hemos superado, somos una mejor familia ahora, las circunstancias nos han obligado.

   El problema viene en lo personal, o diciéndolo de una forma extraña y quizá gramáticamente incorrecta, en lo personal de a dos. Por alguna razón siempre o más bien nunca sé cuánto es suficiente, tal vez ese pensar romántico de "no importa cuánto des, pues cuando se quiere nunca se da de más", pero como leí hace poco en redes sociales en un meme, con una descripción bastante arcaica... No trates como pozole a quién te trata como maruchan. Y como dicen esas estúpidas palabras, realmente no importa que tanto damos, sino, más bien, a quién se lo damos... Y no, no hablo de que nadie merezca mi afecto, sino que hay que saber a quién dárselo... Cierta vez me dijeron que uno debía esperar a cambio lo que uno da, creo que en muchos casos eso ha sido una mentira, una estupidez o al menos, estúpidas las personas que no correspondieron. Sí, estúpidas, a estas alturas de la vida ya he superado todo complejo de culpabilidad, los problemas son de dos y mi parte, creo que después de mucho ha sido superada.

   Llegué a la conclusión de que o dejas la piedra para que se hunda en el río, o simplemente te ahogas con ella. Uno no puede ser el héroe de otros, puede estar ahí incondicionalmente todo el tiempo necesario, pero si ni con ese apoyo quieren cambiar o superarse, hay que saber el momento para retirarse y no salir herido, no ser satanizado como un intento de héroe, una persona más que no pudo resolverles la vida... Hay que dar lo que se puede, por mutuo acuerdo, aunque suene mecánico, aunque suene poco romántico, ya superada esa barrera, puedes dar lo que sea por ese alguien... ¿Cómo lo sé? No lo sé, simplemente me gusta ser optimista, ya les haré saber cuando llegue a ese punto. Por lo pronto, a seguir con la vida, que ya tendré tiempo para morir después.

5/23/2014

Lo que somos y lo que no

     Hace poco pensaba sobre determinadas etapas de mi vida. La falta de experiencia que solemos tener, que especialmente en edades tiernas nos hace susceptibles a la crítica de otros, muchas veces creyendo lo que nos dicen y limitándonos mentalmente. No me dejarán mentir, los niños pueden ser muy crueles...

     De niño me gustaba pasar tiempo conmigo mismo, lo cuál me trajo problemas de socialización, además de muchos apodos pero bueno, al final nunca me importó y creo que eso fue de ayuda.

     Ahora, a mis 25 años puedo decir que he tenido muchas vivencias, varias de ellas atribuyéndome algún calificativo. Me han llamado niña, fenómeno, imbécil, hijo de puta, igualado, irreverente, abusivo, ignorante y para no hacer más larga la lista de improperios, hubo unas pocas veces en las que incluso fui considerado un Dios. No me siento como uno, pero las palabras pueden motivar o destrozar la moral de alguien. No todos somos iguales, pero de nosotros depende darles ese poder.

   Lo cierto es que no todos pueden, como se dice por ahí, dejar que esas palabras se resbalen; ya sean con buenas intenciones o no, es muy fácil dejar que afecten. Aquel niño al que llaman tonto o estúpido, crecerá pensando que lo es; la niña a la que llaman gorda, no será feliz con su cuerpo; al viejo que llames inútil, se sentirá así.

     Es un buen momento para pensar en cómo le hablamos a las personas, pueden estar en un día difícil y lo único que lograríamos sería empeorarlo. Los invito a usar palabras bellas y amables, palabras de ánimo, buenos deseos que vengan del corazón y si no, simplemente guárdenlo. En fin, creo que debería ser el primero en aplicar este consejo, pero lo que sí, al menos aplíquenlo en aquellos a quienes aman.

Fer fuera.

4/03/2013

Crecer

   Podría decir que gran parte de mi vida fuí una especie de niño mimado, si es que se le puede llamar así. Mis padres se esmeraron en que no enferentara lo duro de la vida para que yo pudiera concentrarme en cosas importantes como mis estudios o disfrutar de las cosas buenas que gozabamos. Lo anterior, es un gesto que realmente aprecio por parte de ellos, pues lo hicieron con todo el amor que hasta la fecha me han entregado.

  El problema vino cuando se rompe esa burbuja color de rosa que por gran tiempo me protegió vino a romperse con el divorcio de mis padres, uno cae en cuenta que ya no puede ser una carga, sino, un apoyo para ambos bandos, pedir menos consideraciones y en fin, buscar resolver problemas en vez de generarlos y esperar a que las acciones paternales los terminen.

   Personalmente, ciertas actividades se me hicieron difíciles, me preguntaba como era que mis amigos podían hablar de ellas y hacerlas con toda la naturalidad del mundo. Fuí aprendiendo, teniendo mis tropiezos y sintiéndome muy mal de cometer más errores en el proceso y puedo decir que hoy en día voy bien y mejorando, creo yo.

   Hace poco, después de bastante tiempo tuve la oportunidad de pasar tiempo con mi padre... Como cambian las percepciones que tiene uno de "X" o "Y" situación, el como un poco de experiencia puede cambiar el panorama que se tiene y por primera vez desde bastante tiempo, estar bajo ese apoyo paternal que, aunque nunca dejó de estar al pendiente, nuevas preocupaciones y situaciones me obligaron a encargarme de más asuntos, pues hay cierta edad en la que hay que ser más apoyo que estorbo.

   Después de tanto que ha pasado los últimos 7 años, me alegra reafirmar que no estoy solo en la vida y agradezco a ese ente supremo por mis padres, quienes siempre han estado ahí para mí.

3/13/2013

Confiar

    Puedo decir que, ayer me quedó una lección muy valiosa, surgida de un sentimiento difícil de explicar... Cuando alguien a quien quieres te dice las cosas con certeza y aún conciente de que que es cierto, la inseguridad en tí mismo puede ser fatal.

   Es tonto pensar en que va a pasar todo lo contrario, tal vez son excusas producidas por el afecto que se tiene a un ser querido, excusas que te quieren llevar al ser miserable, a buscar que realmente hay razones para perder al ser querido; pero ahora puedo decir, eso no es más que una estupidez.

   Si alguien te quiere es por que vio algo bueno en tí, por que realmente vales algo y por que es real, no hay que buscar excusas para arruinar lo bello que tenemos en la vida y sobre todo, la importante lección que me quedó: La confianza en los seres humanos, más que nada, en aquellos a los que amas, pues puedes lastimarlos y quizá no todo vuelva a ser lo mismo.

2/25/2013

¿Encuentro predestinado?

   El sábado pasado fuí a la plaza de la tortuga, se encuentra en el Boulevard Revolución, justo a lado de la Colonia Torreón Jardín, zona residencial conocida en la ciudad de Torreón. Eran aproximadamente las 8:00pm, esperaba a un amigo para ir a la cena de una amiga.

   Iba rumbo a la tortuga, razón del nombre de la plaza, cuando me encontré a un perro blanco con negro. No parecía agresivo, al contrario, estaba atento y moviendo el rabo y me veía atentamente. Lo pensé un poco y decidí hablarle; apenas me escuchó y brincó hacia mí.

   Brincaba y corría hacia adelante, brincaba y corría hacia adelante, parecía que quería mostrarme un camino, guiarme a su destino. Me senté en una banca mientras el corría un poco, saludaba a otras personas que pasaban caminando y curioseaba en distintos lugares.

   Cuando llegó mi amigo, salí a su encuentro, al verme en movimiento, el perro corrió hacia mí y estuvo a punto de ser atropellado, lo cual no lo detuvo. Me acompañó a ver a mi amigo, quién me dijo que primero iríamos a su casa.



   Para mi sorpresa, el perro nos siguió, entramos a la casa y cuando salimos, él seguía ahí. Caminamos por las calles laberinticas de la colonia cruzando camellones, plazas y pequeños boulevares. Decidí dirigirme a él como "Tormenta".

   Nuestro destino era una Colonia llamada "Las Torres" y había que tomar un camión, lo que nos llevó otro rato por la maraña de calles, eso sí, Tormenta siempre iba a nuestro lado.

   Habíamos llegado a la parada de autobus, el momento para despedirse de mi nuevo amigo se acercaba; cuando llegó el camión moví la mano para despedirme de él y subí; detrás de mí, mi amigo que me dice: ¿Ya viste que le hablaron? Una chava gritó "Toto" y el corrió hacia ella.

   Inmediatamente volteé para buscar a Tormenta, una chica lo abrazaba y jugaba con él, invitandolo a pasar a su casa. Al mismo tiempo que sucedió dicha escena, el camión aceleraba y se alejaba de mi nuevo amigo.

   ¿Será que desde un principio Tormenta (O Toto, como lo llamó su dueña) quiso llevarme a la parada del camión?, O ¿Será que él sabía que de alguna forma yo lo llevaría a su casa? Quizá nunca lo sepa, la vida es caprichosa y no todo debe ser entendido. Fue una buena noche y siempre recordaré con apreció Tormenta.

9/14/2012

Subjetividad

    Recuerdo que en mi adolescencia solía ser una persona bastante ruin e intolerante, clasista y varios de los adjetivos que describen lo dicho. Con el tiempo fuí aprendiendo que mi intolerancia se debía precisamente a un infundado miedo hacia lo desconocido, a lo que no puedo controlar o simplemente no puedo entender.

    Hoy me considero una persona con la mente bastante abierta (Creo yo), procuro respetar las creencias, actitudes, decisiones etc. de los demás, así como me gusta que respeten las mías. Pasé de ser un adolescente idiota casi extremista a alguien que le gusta escuchar y tratar de entender otras formas de ver la vida.

    Sucede que últimamente estoy en contacto con las nuevas generaciones, por lo que veo, chavos con muchas ganas de trabajar y cambiar este mundo, pero hasta cierto punto, en exceso intolerantes... En lo personal siento que, algunos son tan dedicados que consideran que los demás deberían dar la misma dedicación, claro, lo que no consideran son las condiciones tiempo, trabajo, transporte, económica etc. de los otros, ellos sacrifican y por lo tanto, los demás deben hacerlo.

   Me pregunto cuánto tardarán en entenderlo o si realmente lo entenderán y me alegran mucho esas ganas de trabajar, solo espero saber  encaminarlos, para que como yo (Quizá esto suene bastante egocéntrico, fanfarrón, hablador -escriba su adjetivo aquí-) se den cuenta de lo que realmente cuenta, ser tolerantes, no dejados, respetar a los demás sin caer en el "pasarse de güeyna gente", no depender de otros e ir siempre adelante. Podría decir que eso es lo que deseo para las generaciones que me siguen....