4/03/2013

Crecer

   Podría decir que gran parte de mi vida fuí una especie de niño mimado, si es que se le puede llamar así. Mis padres se esmeraron en que no enferentara lo duro de la vida para que yo pudiera concentrarme en cosas importantes como mis estudios o disfrutar de las cosas buenas que gozabamos. Lo anterior, es un gesto que realmente aprecio por parte de ellos, pues lo hicieron con todo el amor que hasta la fecha me han entregado.

  El problema vino cuando se rompe esa burbuja color de rosa que por gran tiempo me protegió vino a romperse con el divorcio de mis padres, uno cae en cuenta que ya no puede ser una carga, sino, un apoyo para ambos bandos, pedir menos consideraciones y en fin, buscar resolver problemas en vez de generarlos y esperar a que las acciones paternales los terminen.

   Personalmente, ciertas actividades se me hicieron difíciles, me preguntaba como era que mis amigos podían hablar de ellas y hacerlas con toda la naturalidad del mundo. Fuí aprendiendo, teniendo mis tropiezos y sintiéndome muy mal de cometer más errores en el proceso y puedo decir que hoy en día voy bien y mejorando, creo yo.

   Hace poco, después de bastante tiempo tuve la oportunidad de pasar tiempo con mi padre... Como cambian las percepciones que tiene uno de "X" o "Y" situación, el como un poco de experiencia puede cambiar el panorama que se tiene y por primera vez desde bastante tiempo, estar bajo ese apoyo paternal que, aunque nunca dejó de estar al pendiente, nuevas preocupaciones y situaciones me obligaron a encargarme de más asuntos, pues hay cierta edad en la que hay que ser más apoyo que estorbo.

   Después de tanto que ha pasado los últimos 7 años, me alegra reafirmar que no estoy solo en la vida y agradezco a ese ente supremo por mis padres, quienes siempre han estado ahí para mí.